Si estás pensando en autopublicar un libro, uno de los objetivos más valorados es saber cómo hacer una buena descripción de personajes. Al igual que cuando creas diálogos para que todo el mundo los entienda, das nombre a las personas o creas una trama, es necesario tener una base que te ayude a hacerlo de la mejor forma posible.
Para que esto no se convierta en un quebradero de cabeza, existen recursos que te facilitan el trabajo y que hacen que los lectores no se aburran.
La descripción literaria se puede definir como el conjunto de caracteres que definen a los personajes, objetos e incluso paisajes dentro de un libro. Este modelo de definición sirve de gran ayuda para que el escritor consiga que los lectores puedan transportarse hasta el mundo de fantasía con la mayor precisión posible, permitiendo revivir la historia. En este tipo de descripciones es normal hacer uso de adjetivos, metáforas y figuras retóricas.
Dependiendo de lo que quieras describir, se pueden encontrar distintas categorías, cada una adaptada para que la descripción sea diferente al resto:
Utilizada para describir los rasgos físicos de los personajes. Únicamente es necesario incluir aquellos elementos que sean apreciables a simple vista, como su apariencia externa, el tipo de ropa que lleva puesta, la constitución y hasta su peinado.
Aquí se describen los rasgos psicológicos y morales. Pueden hacer eco de cómo se comporta un personaje, su carácter, personalidad, etc. Al igual que la prosopografía describe la imagen externa, esta describe la imagen interna.
Una combinación de las dos anteriores. Se mezclan las características físicas y las morales en un único apartado.
Forma descriptiva utilizada sobre todo en los relatos humorísticos. La descripción se hace de forma exagerada, acentuando defectos, que sirven para presentar a un personaje como un individuo cómico.
Existe un orden a la hora de hacer la descripción para evitar que resulte caótica para los lectores. Para ponerte un ejemplo, cuando miras al horizonte y observas un paisaje, lo primero que ves son los pastos verdes, los árboles que hay al fondo y unas pequeñas montañas detrás. De forma impredecible, también hay una pequeña cabaña de paja que expulsa humo por la chimenea.
Imagina que estás viendo ese paisaje, lo primero que te llama la atención es la cabaña, ya que no la esperabas, por lo que es lo primero que se debe describir, seguido de los pastos, la arboleda y las montañas.
Esto mismo ocurre a la hora de describir un personaje, si estás hablando sobre una persona con sangre en la cara, al ser lo primero que te llamaría la atención, es lo primero a describir. En el caso de que tenga el pelo azul, verde o de algún color llamativo, esto eclipsaría a la sangre.
¿Y si es una persona normal y corriente? Entonces hay que describir primero los rasgos más característicos del personaje, como el tipo de piel, de pelo o si tiene una mirada que parece petrificarte en un segundo.
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