Ana Sánchez, empezó a preocuparse por la alarmante cifra de perros abandonados en nuestro país en el año 2004, fecha en la que recogió a su primera perra de la calle. Ahí empezó un camino sin retorno, y poco a poco se fue adentrando en una implicación directa, activa y crítica con la irresponsabilidad, la falta de control de nuestros gestores públicos, la dejadez, el desconocimiento de una parte de nuestra sociedad, y la ausencia de principios de algunas entidades protectoras. Considera el maltrato y el abandono como un problema social, y es una firme defensora de la esterilización, porque junto con la implementación del chip obligatorio, cree que es la única forma de reducir la escandalosa cifra de animales abandonados. Apunta directamente a la cría irresponsable, la caza y la desidia de los organismos oficiales, como el principal nutriente del maltrato y el abandono. Después de estar varios años como voluntaria en una protectora de Lleida, ha podido comprobar que a los animales no se les ayuda con el corazón, se les ayuda con la cabeza, la buena fe en la que basan sus acciones algunos activistas, no siempre consigue el resultado deseado. Diez años después de haber creado el personaje de Cartucho, le sigue dando vida y motivos para concienciar, sobre una problemática que nos sitúa a la cabeza de los países de la CE, en cuanto a número de animales sin hogar.