Conexiones surgió en 2018 como un anhelo por parte de ambas, queríamos retratar a personas que admiramos y que en el presente actual están construyendo e influyendo de diferentes maneras en la sociedad, a través de la cultura, de la política, de la música, etc. Por supuesto, no están todos los que son. Fotografiar a todas aquellas personas que están comprometidas con lo social sería una tarea titánica y pretenciosa. No obstante, el proyecto sigue despierto y este libro es el primer volumen.
Razonando el proyecto, pensamos que en lugar de limitarlo a nuestros referentes personales, a nuestra elección imperativa, sería mucho más interesante comenzar con algunas personas cercanas, y que fueran ellas quienes nos sugirieran a otras personas que son referentes en su día a día. De este modo, se podría crear una red de individuos conectados entre sí, que construyen el presente social con el peso de su trabajo diario, alejándonos así de una posible construcción endogámica.
Emocionadas ante la acogida e impacto que tuvo el proyecto desde el primer momento, decidimos llevarlo adelante. Nuestra intención no era la de realizar un retrato clásico. No pretendíamos ofrecer un testimonio “verdadero” del retratado, sino construirlo fragmentariamente a partir de ideas nuestras, de sus acciones en la vida real, de sus hobbies, de sus miedos y de sus ilusiones… y los convocados se prestaron sin restricciones y sin conocernos se abrieron en cuerpo y alma. De todas las sesiones, de unas tres horas de duración, salíamos todas/os riendo y agotadas tras una catarsis performativa.
La imagen fotográfica tiene la capacidad de crear y/o construir realidades. Por una parte, la producción de esa realidad es moldeable, y por otra parte, la recepción en el espectador no está exenta de tensiones en función de sus propias imágenes mentales. El proyecto “Conexiones”, es un ejercicio de experimentación en distintos sentidos, que vamos a ir desgranando a lo largo del texto.