Filósofo… que busca a las palabras para que le hablen de las cosas y le generen esas dudas que le permiten vivir. Dudas que le acompañarán hasta que, poco a poco, se olvide también de ellas.
El Divagario nada concluye. El lector ha de tomar lo leído como suyo y él sabrá cómo concluye, si acaso concluye. Es «Un viaje a través de las dudas». Dudas propias y de todos los otros que formamos un solo ser arrojado a la vida y capacitado para la muerte.
Como dice Lewis Carrol en Alicia: «El conejo blanco se caló las gafas y preguntó: -¿por dónde quiere su Majestad que comience?- Comienza por el comienzo -le dijo el Rey, con toda gravedad-; continúa con la continuación y finaliza en el final. Y luego párate.” Tal ha sido mi intención al iniciar este vuelo en el atardece.