La Camorra es un edificio esencialmente gaditano. Parece difícil que la arquitectura pueda alcanzar la condición de persona humana, en el grado que lo ofrece La Camorra. Es frívola, coqueta, honesta y deshonesta en ocasiones, alegre unas veces, tristes otras, cuándo rica, cuándo pobre, siempre culta, pero con cierto sabor y dejo de cursilería.
La Camorra, ora sirve de liceo, ora de sociedad benéfica; y sucesivamente o alternando, como teatro de aficionados, club político, colegio electoral, salón de conferencias, casino, exposición de pinturas, bailes aristocráticos o bailes de candil, cámara de comerciantes, círculo recreativo, lugar para festines y para otros menesteres y cosas que sería prolijo enumerar.
Federico Rubio y Galí,
Mis maestros y mi educación
Juan Antonio Vila Martínez (editor),
Moisés Camacho Ortega, Cristina Díez Rodríguez,
Rafael Ángel Jiménez Gámez, José Manuel López Eliso, Desiré Ortega Cerpa, Javier Osuna García,
Jesús Romero González