Pedro Sánchez Ruiz (1987), corrió detrás de un balón por el madrileño barrio de Aluche hasta que un verano escuchó en el coche de su padre el disco «19 y 500 noches» de Sabina y le voló la cabeza. Se podían contar historias en un papel. Ahí empezó su afición a escribir, fue la mecha que lo prendió todo. Más tarde se marchó a Edimburgo a encontrarse a si mismo y después las calles de Brighton le acogieron un año que le cambió la vida. Su alma de poeta viaja en un barco casi siempre a la deriva. Puedes seguirle en instagram: @pedrosanchez87