Los datos han sido publicados por el servicio de lucha contra la piratería digital del Centro Español de Derechos Repográficos (CEDRO). De este modo, se pasaron a retirar un total de 3.482 enlaces de copias piratas de libros.
En total, se recogen 1544 notificaciones que fueron realizadas de la mano de autores y editores, los cuales alertaban de las posibles violaciones de los derechos de autor en la red. Sobre estas, el 81% se resolvieron de manera satisfactoria, lo que ha supuesto la mencionada cifra de casi 3500 enlaces.
CEDRO llegó a recurrir hasta en dos ocasiones a la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con el fin de poder defender los intereses de los autores y editores.
Javier Díaz Olarte, responsable del Departamento Jurídico del Centro Español de Derechos Reprográficos, ha señalado que «la piratería en la red sigue siendo una realidad que causa grave perjuicio a los titulares de derechos», ante lo que se ha mostrado receptivo para llevar a cabo una serie de «medidas administrativas eficaces y campañas institucionales de sensibilización para poner fin a esta lacra».
Asimismo, hay que señalar que las cifras han aumentado de manera notable respecto a 2015, donde se atendieron 2000 enlaces, suponiendo una crecida casi de tres cuartos más en comparación con 2016.
Las descargas de libros
Por otro lado, Javier Aparicio Maydéu, profesor de la UPF Barcelona School of Management ha afirmado que “La piratería editorial es un problema real, se necesita pactar y concienciar a la población ya que los medios digitales permiten realizar reproducciones muy rápido”, añadiendo que «las nuevas generaciones deben entender que que la piratería es una falta de respeto».
En total fueron más de 390 millones de libros los que se han pirateado mediante los enlaces explicados anteriormente. Las descargas han aumentado un 16% respecto al curso correspondiente a 2015.
Como resultado, las pérdidas en el sector editorial se han traducido en más de 200 millones de euros.
Así pues, España se convierte en uno de los países donde la tasa de piratería es más elevada.