Grandes fueron los motivos

Mateo pensó que podría manejar dinero en cantidad como Cosme, trabajando como él. Pensaba que así saldrían del campo y su madre no tendría que trabajar más.
Lo que no sabía, a sus trece años, es dónde se enrolaría; Cosme era jefe de una célula guerrillera.
Lo que allí se encontró, lo que aprendió, las vivencias que tuvo y el miedo le hicieron ser fuerte y consciente de una realidad a la cual no quería seguir perteneciendo.
Lo haría con Pipe y alguien más, no sin antes saldar deudas pendientes.